lunes, 2 de junio de 2008

El ataque de la polilla asesina (aunque bien pudera llamarse buitre)

Llegá el verano y con él, indivisible, los insectos más variados de todas formas y colores. Y evidentemente este viejo ático no va a ser la excepción que confirma la regla. No tendremos tan buena suerte.

Y por supues tras el maravilloso concierto de Bon Jovi de ayer (y nuestro numerito cantando It's my life desde el balcón a pleno pulmón a costa del odio de los vecinos), tocaba que el cosmos regulara la onda y nos ha enviado una polilla del tamaño de una mariposa gigante, que ni el gato de la oficina cazaría.

Consecuencia: Latas de bebidas, botellas de zumo por los suelos, gritos descontrolados, huida radical del salón a dos bandas. Ataques de mi compañera contra la polilla, la polilla que sale, la polilla que entra, la polilla que vuelve a entrar y se esconde tras el ventilador. El pie de la osada defensora del salón en la grasa de foie-gras, mi mano asomando temerosa con un bote de matainsectos por la puerta del salón al grito de: "Acaba con ellaaaaaa" (asecendete hasta llega a agudos que desconocía).

Al final ha muerto. Casi nosotras también de la intoxicación. El salón se está ventilando, con lo que más bichos asquerosos entrarán a hacernos la vida imposible. No me dejes sola con ellos T_T

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